ChatGPT, Google Bard y la Inteligencia Artificial para crear contenidos

Chat GPT y Bard para escribir contenido.

Usar ChatGPT para crear contenidos digitales es algo que puedes hacer ahora mismo y totalmente gratis. También puedes hacerlo con Google Bard. La Inteligencia Artificial ya está entre nosotros, y no como un constructo teórico o como materia de estudio académico sino en la forma de herramientas sencillas y eminentemente prácticas.

A diferencia de otras tecnologías, se nos ha liberado sin prácticamente introducción previa, dejándonos algo desorientados ante el interfaz de un chat al que podemos preguntar cualquier cosa. Y la dificultad está precisamente ahí: ¿qué le preguntamos? ¿Para qué sirve una vez que dejamos de hacer las clásicas tonterías de preguntarle por nosotros mismos o por cuestiones existenciales a las que no va a saber responder?

ÍNDICE DEL POST

  1. ChatGPT y Google Bard: qué son y cómo funcionan
  2. La Inteligencia Artificial como estratega
  3. La Inteligencia Artificial como ejecutor
  4. La Inteligencia Artificial como especialista 
  5. ¿Para qué sirve Contineo?

ChatGPT y Google Bard: qué son y cómo funcionan

A día de hoy, los dos principales motores de Inteligencia Artificial que tenemos a disposición para experimentar son ChatGPT y Google Bard. El primero ha sido desarrollado por OpenAI, una empresa de soluciones de Inteligencia Artificial levantada gracias a las inversiones de varios gurús de Silicon Valley (entre ellos Elon Musk y Peter Thiel -fundador de PayPal-).

Bard es el contra-ataque de Google para no quedarse atrás en el campo de la Inteligencia Artificial, si bien podrían alegar que siempre estuvieron en la vanguardia ya que el algoritmo de Google tiene mucho de Inteligencia Artificial.

ChatGPT y Google Bard cuentan con algunas diferencias en las que no nos vamos a entretener ahora (puedes consultarlas en este artículo de Gizmodo)  y que se resumen fundamentalmente en:

  1. la materia gris de ChatGPT no se actualiza desde 2021 (no le preguntes por el beso de Rubiales porque para él eso no ha ocurrido), mientras que Google Bard está permanentemente actualizado.ChatGPT se nutre de un corpus de conocimientos recopilado y testado antes de cargarlo en su memoria; Bard navega en tiempo real en busca de la información. ¿A qué se debe esta importante limitación de ChatGPT? A que para poder responder en tiempo real necesitaría interpretar el contexto adecuadamente, algo en lo que Google está más que entrenado (décadas de perfeccionamiento del algoritmo) mientras ChatGPT apenas ha empezado a caminar.
  2. Google Bard tiende a ser más rápido y a experimentar menos problemas de acceso que ChatGPT, que a menudo se encuentra caído. Al menos en su versión gratuita, ya que otra diferencia es que ChatGPT cuenta con una versión de pago…
  3. ChatGPT Plus es la versión premium de ChatGPT (20 dólares al mes). Promete incorporar antes que la versión gratuita las mejoras que, sin duda, llegarán (actualmente ya corre con una actualización del algoritmo más potente que la implementada en la versión gratuita). Google Bard, en cambio, solo tiene versión gratuita (aunque con Google ya sabemos que lo que empieza siendo gratis… luego puede no serlo tanto: ¿os acordáis cuando Google Fotos era gratis por más fotos que cargases?). 
  4. ChatGPT conserva el historial de tus interacciones con él y Google Bard no: esta diferencia le otorga a ChatGPT potencial para adquirir un contexto personalizado, adaptado a ti como interlocutor, de tal manera que vaya teniendo en cuenta para sus respuestas las cosas que te han interesado en el pasado, las veces que te has mostrado descontento, tu manera de expresarte… Bard podría intentar llegar al mismo sitio gracias a todo lo que Google sabe ya de nosotros vía cookies e historiales de búsqueda. 

Aunque explicar el funcionamiento de estos motores de Inteligencia Artificial puede ser muy complejo, también podemos hacerlo bastante sencillo. Sintetizando mucho, se trata de algoritmos con capacidad para mejorar por sí mismos a medida que son entrenados. En los inicios de la inteligencia artificial, este entrenamiento era supervisado por humanos, que categorizaban las informaciones suministradas para así aportar un contexto. Actualmente, este entrenamiento no es supervisado y las máquinas se enfrentan por sí mismas a enormes cantidades de información sin categorizar. Su reto es poder categorizar por sí mismas, comprender y aprender de sus errores. Para hacerlo siguen una serie de reglas lógicas (el algoritmo en sí mismo), que imitan el funcionamiento del cerebro humano.

¿Por qué estás oyendo hablar tanto de estos inventos? Por un lado, porque ha habido avances importantes en la sofisticación de sus capacidades. Pero sobre todo se debe a que OpenAI emprendió una estrategia audaz al sacar ChatGPT a disposición del público y de manera gratuita. En realidad, el formato no es tan disruptivo, ya que es un chatbot con el que conversar como los que ya existían. El cambio está en la inteligencia que alimenta a ese chatbot. Por muy versión experimental que sea ChatGPT, su lanzamiento obligó a Google a apresurarse con Bard, a Facebook a anunciar que está trabajando en LLaMa, a Microsoft a incorporar el algoritmo de ChatGPT en su buscador Bing… 

Todos los grandes están corriendo para conseguir posicionarse como el referente en Inteligencia Artificial, pero lo que a ti te importa es que estamos hablando de robots con los que puedes hablar para ordenarles que trabajen para ti. Las órdenes se llaman prompts y es importantísimo que te esfuerces en crear prompts para ti, que detallen todas tus necesidades. No te preocupes por enrrollarte, ya que los robots nunca se aburren. Si sabes inglés, te recomendamos consultar este inventario de prompts para IA que otras personas están usando (y que va creciendo a medida que la gente comparte los que se inventa). Pueden servirte de inspiración para empezar a crear tus propios prompts. 

Estas herramientas de Inteligencia Artificial, seguramente muy modestas en comparación con lo que veremos surgir en pocos años, pueden utilizarse ya, son gratuitas y pueden ayudarnos en la creación de contenido. Resolvemos el bloqueo inicial: ¿qué le tienes que preguntar para que te ayude? 

La Inteligencia Artificial como tu estratega de negocio

Es perfectamente posible, y muy fácil, preguntar a ChatGPT o a Google Bard cuál debe ser tu estrategia al generar contenido digital. Por ejemplo: si eres un blog especializado en moda, ¿cómo puedes ganar dinero a base de escribir post?, ¿cuál es el camino? Y si eres una pequeña pizzería con una web humilde, ¿cómo te ayuda el contenido digital a obtener beneficios?

Las respuestas de la Inteligencia Artificial van a ser más sofisticadas de lo que esperas, pero la clave es que también debe ser sofisticada tu consulta. Se llaman prompts y no basta con escribir «¿cómo puedo ganar dinero?» sino algo más elaborado. Para los ejemplos sugeridos:

Tengo un blog especializado en moda y necesito ganar dinero. Necesito que me expliques cuáles son las mejores maneras para conseguirlo y en cuál de ellas concentrar mis esfuerzos en una primera fase. 

Soy dueño de una pequeña pizzería y tengo una web modesta. ¿Cómo puede ayudarme el contenido que publico en esa web a conseguir clientes?

La consecuencia lógica de este tipo de prompts es pedirle a la Inteligencia Artificial que te ayude a encontrar temas sobre los que escribir.  Es importante que seas específico y le expliques a qué te dedicas y cuál es tu objetivo. Tanto ChatGPT como Google Bard te ofrecerán multitud de temáticas sobre las que hablar. Podrás (y deberás) exigir aclaraciones, como por ejemplo a qué se refiere exactamente con cada una de sus sugerencias o, algo muy útil, plantearle varias ideas y que juzgue cuál es la más interesante para tu público en ese momento. No le dejes escapatoria. Exígele en un prompt: 

te voy a plantear varias ideas de contenido y tienes que decirme cuál es la que más interés despierta ahora mismo entre el público. Quiero que elijas solo una

Debes también pedirle que te haga un keyword research, es decir, que seleccione las palabras clave en torno a las que deberán orbitar tus contenidos para posicionar en el buscador de Google. Aunque lo que te va a ofrecer no va a ser un keyword research de gran profundidad, el resultado es suficiente para iniciarse en la creación de contenido optimizado para SEO, sobre todo si eres un negocio pequeño. 

La Inteligencia Artificial como el ejecutor de tu estrategia

Como estratega, la Inteligencia Artificial puede acompañarte y asesorarte, aunque no es nada recomendable que te dejes sustituir por ella, ya que siempre le va a faltar el contexto y el olfato que, a día de hoy, solo tú tienes sobre tus objetivos. Sin embargo, como brazo ejecutor, como currito incansable, es donde ChatGPT y Google Bard dan lo mejor de sí. A fin de cuentas, los robots no se quejan por más que les hagas trabajar:

  • Redactar artículos originales: no tengas piedad. Puedes entregarle un brief a ChatGPT o Google Bard, tan específico o genérico como quieras, y te entregará el artículo en cuestión de segundos. Puedes perfectamente pedirle:

    Escribe un post de 1.200 palabras explicando en qué consiste la paleodieta, cómo se originó, qué estudios científicos respaldan que sea beneficiosa para la salud y un ejemplo de menú diario.

  • Detectar plagios: especialmente interesante si estás recibiendo artículos de otros redactores (o trabajos encargados a tus alumnos). Sin embargo, aún no consigue ser tan exacto y eficaz como copyscape para evitar el plagio online.

    Voy a ir escribiéndote una serie de párrafos y necesito que me digas si te parece que son un plagio o que son de fuentes originales. No necesito que me des explicaciones, simplemente respóndeme a cada párrafo juzgando si es un plagio o no.

  • Encontrar metáforas y analogías: una auténtica maravilla para superar el bloqueo del escritor. Cuando estás explicando algo especialmente complejo, las metáforas y analogías siempre ayudan a facilitar la comprensión. 

    Explícame con una metáfora qué es lo que hace el Tribunal Constitucional. 

    La respuesta de Google Bard fue: «Imaginemos un restaurante en el que los comensales son los ciudadanos, el menú es la Constitución y el Tribunal Constitucional es el chef que se encarga de interpretarla». 
  • Elaborar resúmenes: puedes alimentar a la Inteligencia Artificial con textos largos (incluso muy largos… libros enteros) y pedirle resúmenes de pocas palabras. Es un prompt muy potente para evitar la lectura de farragosos y extensos textos, ya que te el robot lo hará por ti y te ofrecerá la sustancia.

  • Escribir tus emails: sí, has leído bien. ¿Estás cansado de redactar esos correos con formato pitch intentando convencer a un posible cliente? ¿Eres de los que hacía copia-pega constantemente? La Inteligencia Artificial puede dedicarse a escribir tus emails aplicando todas las variantes y personalizaciones que consideres.

    Voy a pasarte una lista de posibles clientes.

    Pondré el nombre de la persona a la que nos vamos a dirigir y después, separado por una /, el sector al que se dedica su negocio. Lo que quiero es que escribas un email personalizado para cada uno de ellos. Hay que intentar despertar su interés en nuestro producto para así conseguir reunirnos con ellos. 

  • Adaptar un contenido a otros formatos: ya no perderás tiempo convirtiendo un post de blog en una FAQ, o el guion de un vídeo en un post de blog… ¿Necesitas decirlo en un tuit? ¿Cambiar el tono desde Facebook a algo más Instagram? ¿Rehacer un email enviado a un target adolescente para una audiencia más senior? Solo tienes que pedirlo. Recuerda: sé específico y extiéndete en el prompt todo lo que haga falta. La respuesta será así de más calidad.
  • Factchecker: puedes preguntar a ChatGPT o Bard si un dato concreto es verdadero o falso. Funciona bien si no intentas ponerles a prueba e ir a pillar, es decir, si lo utilizas para comprobar la calidad de informaciones que te están llegando de tus redactores freelance, por ejemplo, o para comprobar un determinado dato sobre el que tienes dudas.

La Inteligencia Artificial como tu especialista

Como ya estarás comprobando, la irrupción de la Inteligencia Artificial podría poner en riesgo un buen número de figuras laborales. La manera positiva de verlo es que debería ocuparse de la parte más automática y en la que menos valor se aporta, dejando tiempo a los humanos para centrarse en las partes más «sensibles» e imposibles de robotizar.

Tanto ChatGPT como Google Bard pueden ayudarte a generar contenido convirtiéndose en tus especialistas de:

  • copywriting: pídele que de un extenso artículo extraiga un eslogan de campaña con mucha pegada. O que del guion de un podcast extraiga copys de 100 caracteres para la próxima campaña que vas a lanzar.
  • optimización SEO y SEM: haz copia-pega de artículos enteros y exige obtener de vuelta contenido optimizado para SEO,  dándote sugerencias concretas para mejorar el titulo, subtítulo y estructura. Pregúntale las keywords por las que deberías pujar en SEM, explicándole antes qué es lo que vendes y cuál es tu público. No ahorres detalles.
  • web analyst: puedes escupirle todos los datos de Google Analytics que quieras y pedir que te los interprete, poniendo fin a esas dudas que siempre tuviste o a esos indicadores que nunca entendiste con exactitud.
ChatGPT y Google Bard para generar contenido digital

¿Para qué sirve Contineo?

Y tras todo esto, ¿qué sentido tiene contar con una agencia de Contenidos hecha por y para humanos? ¿No sería suficiente dejar que la Inteligencia Artificial se ocupase de todo? 

La respuesta es NO. Por muchos motivos, pero sobre todo dos:

  1. Los expertos están hablando ya del riesgo cercano (y eso que acabamos de empezar) de un colapso del modelo de la Inteligencia Artificial. Todo lo que saben estas aplicaciones ha sido inicialmente proporcionado por humanos (ya sea el corpus de carga inicial de ChatGPT o los contenidos escritos por humanos por los que navega Google Bard para encontrar sus respuestas). El problema empieza cuando sean las propias aplicaciones de Inteligencia Artificial las que empiecen a auto-responderse, sin que haya humanos mediando. Se cae entonces en un «aprendizaje degenerativo» que puede llevar a respuestas incorrectas o incluso a comportamientos alucinatorios que tanto ChatGPT como Google Bard ya han mostrado en momentos puntuales y ante cuestiones concretas. A día de hoy los humanos siguen siendo un filtro imprescindible que dote de contexto y sentido a toda máquina. 

  2. La manera de diferenciarte de la competencia es ser único. Conectar con tu público a través de valores que nadie más tiene. Y aquí llega el enorme defecto de todas estas aplicaciones: ¿cómo vas a ser único si buscas todas tus respuestas en la misma máquina que todos los demás? ¿Cómo vas a ser diferente si estás preguntando lo mismo que tus competidores?  

Usa la Inteligencia Artificial en tu provecho, como un siervo que debe hacer el trabajo sucio. Pero no te olvides de fortalecer aquellas facetas en las que tanto ChatGPT como Google Bard más flaquean. La creatividad. La audacia. El sentido del humor. Hay cosas que un robot no va a poder entender por más que se las expliques… pero un humano las captará al primer guiño.

En Contineo estamos aquí para ayudarte a encontrarte a ti mismo y ser único. La estrategia editorial también consiste en saber redactar los prompts que harán que la Inteligencia Artificial encuentre respuestas a tu medida. Cuanto más únicas sean tus preguntas, más únicas serán las respuestas. 

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